TWO TREE

1992

Having awareness about how humans’ experiment the sense of separation from nature, is what HT shows in her first Solo exhibition.  By presenting the image of two overlapping pear trees, she speaks to us through a metaphor. One big pear stands behind a small one. The artist reminds us of the relationship between mother and child. Or even the Virgin Mary and son. But instead of choosing human beings to evoke a relationship, she chooses two trees and incorporates an exquisite exploration of color. The big tree with its seeds procreates a small one and connects heaven and earth evoking a standing human being connected with creation, leading us to experience the tree as a sacred entity. The titles of these paintings, suggest to us the existential theme: What existed first?, the egg or the hen?   / En su primera exhibición individual, Hosefa Tavolara se aproxima a la condición de “separación” del ser humano de la naturaleza a través de una metáfora en la que presenta la imagen de dos árboles de pera superpuestos. Uno grande atrás y el pequeño delante del primero. La relación entre éstos dos árboles viene a ser una expresión espiritual que evoca el vínculo entre madre e hijo, o virgen y niño, y como analogía,  la artista establece una relación entre dos árboles e, incorpora una exploración exquisita del color.  La entidad sagrada se hace presente  a través del árbol grande que con sus semillas procrea otro pequeño, conecta el cielo con la tierra y evoca al ser humano erguido unido con la creación. Los títulos de éstas pinturas sugieren el tema existencial : ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?.

The landscapes of Green Island, a place south of Sydney (Australia) where the artist loved to visit, are painted with free and easy strokes suggesting the shape of mountains, rocks or vegetation. Nature is produced by these quick, gestural movements, therefore the sacredness is no longer in nature but rather in the connection that our gaze establishes with it.  /Los paisajes de “Green Island” (La Isla verde), un lugar al sur de Sydney (Australia),  muy frecuentado por la artista están hechos con brochazos desenfadados, que evocan la forma de montañas, zonas rocosas y vegetación. La naturaleza se produce a partir de estos movimientos rápidos y gestuales, por lo que lo sagrado nos alcanza en la conexión que nuestra mirada establece con ella.